El movimiento expresivo es un diálogo íntimo con tu cuerpo donde la mente racional cede el control para que tu organismo exprese lo que necesita liberar.
No se trata de coreografías ni pasos aprendidos, sino de escuchar los impulsos naturales que surgen desde las profundidades de tu ser.
Como un río que fluye sin obstáculos, esta práctica te invita a soltar rigideces físicas y emocionales, conectando con la sabiduría innata de tu cuerpo para restaurar el equilibrio interno.
El proceso comienza creando un espacio seguro, donde la atención se centra en el aquí y ahora.
Al cerrar los ojos y permitir que el cuerpo se mueva libremente, emergen sensaciones, imágenes o emociones que suelen estar ocultas bajo capas de control mental.
La clave está en confiar en la inteligencia corporal: el sistema nervioso autónomo se activa, generando movimientos involuntarios que reorganizan tensiones y revitalizan tejidos.
Libertad sin juicios en un ambiente donde no hay “movimientos correctos”, solo la invitación a ser auténtico.
Conexión con tus emociones a través de gestos, vibraciones o sonidos, descubrirás cómo tu cuerpo almacena historias no contadas.
Juego y creatividad donde recuperarás la espontaneidad de la infancia, donde el movimiento era pura expresión de vida.
Integración mente-cuerpo, porque aprenderás a decodificar señales físicas como mensajes de tu mundo interior.
•Alivio del estrés: La descarga física de tensiones acumuladas reduce la ansiedad y promueve una calma profunda.
•Autoconocimiento corporal: Identificarás patrones posturales que reflejan creencias limitantes (ejemplo: hombros caídos vinculados a inseguridad).
•Expresión emocional segura: Gritos contenidos, lágrimas o risas surgen naturalmente, limpiando bloqueos emocionales.
•Creatividad revitalizada: Al romper con la rutina mental, surgirán ideas innovadoras y soluciones intuitivas a problemas cotidianos.
•Conexión social auténtica: En grupos, el movimiento sincronizado sin palabras fortalece la empatía y la confianza colectiva.
Objetivos
Recuperar espontaneidad
Cultivar la autoconfianza
Fortalecer la presencia
Integrar lo oculto
Sanar heridas invisibles
Estrategias
Improvisar
Músicas
Ceder
Escuchar/se
Confiar
El otro/s

El proceso comienza creando un espacio seguro, donde la atención se centra en el aquí y ahora.
Al cerrar los ojos y permitir que el cuerpo se mueva libremente, emergen sensaciones, imágenes o emociones que suelen estar ocultas bajo capas de control mental.
La clave está en confiar en la inteligencia corporal: el sistema nervioso autónomo se activa, generando movimientos involuntarios que reorganizan tensiones y revitalizan tejidos.
Objetivos
Recuperar espontaneidad
Cultivar la autoconfianza
Fortalecer la presencia
Integrar lo oculto
Sanar heridas invisibles
Estrategias
Improvisar
Músicas
Ceder
Escuchar/se
Confiar
El otro/s